Mandalas con propósito

Crear y pintar mandalas es una práctica relajante y sanadora, especialmente cuando se tiene claridad en el objetivo que se quiere alcanzar con ellos

Los mandalas se han hecho presentes en distintos ámbitos. No solo están en la naturaleza, en obras artísticas y arquitectónicas, sino que también se encuentran en la moda, en la decoración de interiores y en una serie de patrones prediseñados que se han difundido en distintos materiales, tanto impresos como digitales. 

¿Cómo puede beneficiarte pintar mandalas? 

Tan solo observar un mandala genera una sensación de armonía y equilibrio. Pintarlos es como hacer una meditación activa con la que se fija la atención en el momento presente, en las distintas formas y colores que dejan como resultado un estado de relajación y paz. No se trata solo de rellenar patrones con colores, el beneficio es más profundo y alcanza tanto al cuerpo físico, como al mental, emocional y espiritual.

¿Cómo obtener mejores resultados al pintar mandalas?

Todo dependerá de que respondas claramente para qué quieres hacerlo, porque el resultado dependerá de lo que busques. 

Si lo haces por curiosidad, aunque la tarea no tenga un objetivo específico, los resultados se manifestarán bien sea en mayor tranquilidad, o en la satisfacción de ver tu mandala terminado; sin embargo, quizás no obtengas tantos beneficios como sí puedes tener al definir claramente lo que deseas. 

Si buscas mejorar una situación concreta, como por ejemplo la dificultad para cerrar ciclos personales o laborales, todo el proceso y sensaciones involucradas desde que eliges la figura y los colores hasta que terminas de pintar, serán como un ejercicio de la vida real. Quizás dejes una serie de figuras a medias, sin terminar, o tal vez rompas tus patrones y te atrevas a terminar lo que inicias (aunque no estés completamente satisfecha con el resultado). 

Los beneficios que obtengas irán ligados directamente a la razón por la que decidas pintar tus mandalas. 

Mandalas con propósito paso a paso

Aunque el proceso es libre, puedes hacer uso de algunas herramientas para convertir a la pintura de mandalas en una aliada para el logro de tus metas:

1. Ubica un espacio de trabajo tranquilo; puedes agregar esencias, algún incienso, música relajante o sonidos de la naturaleza.  

2. Siéntate en una posición cómoda con el mandala que pintarás y tus colores al frente, cierra tus ojos y respira. 

2. Tómate un par de minutos para dejar pasar tus pensamientos, sin involucrarte, como si fuesen una película.

3. Respira nuevamente y pregúntate qué deseas plasmar en esa figura que tienes delante de ti. 

4. Visualiza los beneficios que te traerá alcanzar lo que deseas, tanto a ti como a otras personas. 

5. Si lo deseas, repite mentalmente lo que deseas plasmar en una frase corta, en positivo. También puedes cantar algún mantra, como por ejemplo el conocido “OM”.

6. Tómate unos segundos antes de abrir tus ojos y ¡manos a la obra!

Mientras pintas, mantén el foco en tu propósito. Piensa en tu meta lograda cuando cambies de color y a medida que avanzas en cada cuadrante o pétalo de la figura. Más que encontrar la combinación de colores apropiada o crear una obra de arte, lo importante es que emprendas la tarea desde tu corazón y esencia, sin desviarte de tu objetivo. 

¿Ya está listo tu mandala?

Una vez que culmines, observa con detenimiento tu creación. Anota la fecha en la cara posterior de la hoja y en un máximo de tres palabras, escribe un nombre para el mandala, el propósito o bien lo que sentiste al verlo. 

No lo guardes, porque eso sería esconder tus objetivos. Lleva tu mandala a un lugar visible, en el que puedas recordar cada día eso que deseas alcanzar y que plasmaste con toda tu esencia.

Con amor, 

Marian!